La alopecia, o calvicie, se identifica como la pérdida anormal de cabello en la que los individuos pierden más de 100 cabellos diarios (que es el promedio de pérdida común).
Este padecimiento puede afectar tanto a hombres como mujeres en diferentes etapas de su vida, pero su incidencia se ve potenciada por factores tan diversos como los antecedentes familiares, niveles de estrés, hábitos alimenticios y de higiene, toma de medicamentos, situación de embarazo o lactancia, entre otros.
Fuente: Hello Magazine
Tipos de alopecia
- Androgenética: caída de cabello debido a factores genéticos. Es más común entre la población masculina.
- Areata: pérdida de porciones considerables de cabello que provoca parches redondos de ausencia capilar y puede llevar a la calvicie total.
- Difusa: se puede presentar por cambios hormonales o como efecto secundario de algún tratamiento médico.
- Fibrosante: es la pérdida gradual del cabello en la que el nacimiento del mismo queda cada vez más alejado de la línea de la frente.
- Universal: afección autoinmune en la que el organismo produce anticuerpos contra una parte del folículo capilar.
- Cicatrizal: la que es provocada por enfermedades, trastornos o patologías relacionadas con el cabello y cuero cabelludo (como la foliculitis).
Entre sus síntomas destacan: molestias en el cuero cabelludo, pérdida desmedida de cabello al cepillarlo, debilidad del mismo en la parte superior de la cabeza (en mujeres) o caída de este en la misma región (en hombres), calvicie en otras zonas del cuerpo (como barba y cejas), acné o vello facial durante el ciclo menstrual, entre otros.
Fuente: Toppik Canada
¿Es posible prevenir la alopecia?
Existen prácticas que pueden disminuir en gran medida las probabilidades de su padecimiento, así como su complicación:
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Alternar el lavado de cabello. Aunque lavar el cabello todos los días es primodial para muchas personas, se recomienda alternar la frecuencia del hábito, ya que podría resecar o debilitar el cuero cabelludo.
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Usar un champú adecuado. Otro de los factores de riesgo para esta condición es el uso inapropiado de artículos de higiene y cuidado personal, pues se deben elegir productos de acuerdo a las características y necesidades particulares; en este caso, el uso inadecuado de champús, cremas, lociones y demás, puede fomentar el maltrato y pérdida de cabello.
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Mantener una buena alimentación. Los hábitos alimenticios, así como de actividad física, también influyen en la salud capilar, pues pueden dar pie a desequilibrios hormonales, así como a situaciones de estrés (el cual incrementa considerablemente el riesgo de padecer calvicie).
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Dar masajes capilares. Estos ayudan a activar el riego sanguíneo, lo que además de brindar satisfacción, agiliza el crecimiento del cabello.
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Oxigenar. Mantener la región capilar limpia e hidratada es fundamental, por lo que se recomienda realizar limpiezas especiales y a conciencia para eliminar cualquier exceso de suciedad como grasa, escamas, polvo, etc.
- Tomar complejos vitamínicos. Muchos de estos fortalecen el cabello y ayudan a mantenr un cuero cabelludo saludable. Se pueden encontrar en distintos establecimientos, pero antes se recomienda solicitar la asesoría de un profesional.
Fuente: Prevention
De igual manera, la detección temprana de la afección es fundamental: acercarse al médico especialista para conocer el tratamiento más pertinente según las condiciones, ayuda a frenar su avance, así como a recuperar el estado saludable del cabello y cuero cabelludo.
Referencias
Alopecia areata. Mayo 30, 2019, de Medline Plus.
Alopecia: qué es, tipos de calvicie, causas y tratamientos efectivos. Mayo 30, 2019, de IMD.
(2015). Alopecia: ¿Cómo prevenirla? Mayo 30, 2019, de Cuídate Plus.
(2017). Alopecia. Mayo 30, 2019, de Cuídate Plus.
Concejo, E. (2018). Cómo prevenir la calvicie. Mayo 30, 2019, de La Vanguardia.